FACOEMULSIFICACIÓN
PREPARACIÓN PREOPERATORIA
El paciente debe llegar a la unidad quirúrgica con tiempo de sobra para ser preparado adecuadamente para la cirugía. La lista de comprobación preoperatoria debe incluir la confirmación de los datos del paciente, el tipo de operación y el ojo a intervenir, así como que se ha firmado el consentimiento. También debe comprobarse el tipo de anestesia que se admi- nistrará, así como los detalles relativos al ayuno previo si es necesario. Debe dejarse tiempo para que el paciente vaya al baño antes de la operación, ya que estar en la mesa del quirófano con la vejiga llena resulta incómodo tanto para el paciente como para el cirujano. Las gotas de dilatar deben administrarse en el ojo correcto. Si es costumbre en esa unidad marcar el ojo que se va operar, debe hacerse con un lápiz de marcado apropiado.
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ESTUDIO PREOPERATORIO
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Es fundamental realizar una anamnesis preoperatoria para conocer las características y el grado de la pérdida de visión y qué limitaciones funcionales siente el paciente. Sólo así se puede ofrecer al paciente un pronóstico realista sobre el posible resultado, distinguiendo claramente entre qué síntomas pueden deberse a la catarata y cuáles no.
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A menudo puede establecerse la etiología de la catarata en el momento de la anamnesis; por ejemplo, es útil interrogar por antecedentes de traumatismos, ya que conviene prever la posibilidad de encontrar zónulas sueltas o vítreo alrededor del borde de un cristalino subluxado. La historia clínica también puede orientar la exploración física; así, puede apuntar a la necesidad de hacer gonioscopia para buscar recesión angular tras traumatismos, comprobar si hay facodonesis, lo que indicaría desinserción o laxitud zonular.
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Debe valorarse el tamaño de la pupila dilatada en la consulta para conocer las posibles complicaciones que puedan surgir durante la operación; así, por ejemplo, una pupila que dilata poco requerirá un cirujano más experimentado que una que se dilata ampliamente. También hay que fijarse en las características de los párpados y la órbita, ya que un ojo hundido con una hendidura palpebral pequeña necesitará asimismo el concurso de un cirujano más experto. Hay que tener en cuenta la experiencia del cirujano que va a intervenir para decidir qué gotas midriáticas emplear.
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DILATACIÓN DE LA PUPILA
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Suelen usarse fenilefrina al 10% y ciclopentolato al 1% para dilatar la pupila, aunque pueden obtenerse resultados simi- lares con fenilefrina al 2,5%, que podría asociarse a menor incidencia de efectos secundarios sistémicos. Debe compro- barse el tamaño de la pupila antes de llevar al paciente al quirófano y, si no está bien dilatada, comunicárselo al cirujano. Es posible que esto ya estuviera previsto, por ejemplo en un paciente con sinequias posteriores, y se hubieran preparado ganchos de iris para agrandar la pupila intraoperatoriamente.
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Gran parte de los pacientes pueden ir caminando al quirófano. En algunas unidades quirúrgicas, los pacientes sometidos a cirugía ambulatoria no tienen que quitarse la ropa que traigan de la calle; si se dejan los zapatos puestos, deben ponerse patucos. Hay que tener disponibles sillas de ruedas o camillas para transportar a los pacientes muy ancianos o debilitados. Los niños deben ser acompañados a la sala de anestesia por uno o los dos padres. Al llegar a ésta, deben re- petirse todas las comprobaciones; el personal de quirófano debe estar tan al corriente de los detalles del paciente como el personal de la sala. Puede instilarse povidona yodada al 5% en el saco conjuntival en este momento y preparar al pa- ciente para la administración de la anestesia. Una vez que el paciente entre en el quirófano, debe ser colocado cuidadosa- mente para que esté cómodo en la camilla o mesa quirúrgica.
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PREPARACIÓN DEL CAMPO QUIRÚRGICO
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La piel alrededor de los ojos se limpia con solución acuosa de povidona yodada al 10%. Un estudio de Barkana y cols.4 demostró que la povidona al 4% reduce eficazmente la flora comensal de la conjuntiva.
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CAMPOS QUIRURGICOS
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El aislamiento de las pestañas y el borde palpebral del campo quirúrgico es una medida importante para prevenir la entrada de microorganismos comensales dentro de la cámara anterior. Existen diversos métodos de colocar los paños. La figura A muestra el uso de un cilindro fino, como puede ser un aplicador o el cuerpo de una jeringa, para tirar y evertir las pestañas del párpado superior. Otro método es pedir al paciente que mire hacia arriba y, doblando la parte adhesiva del paño por la mitad, retraer las pestañas del párpado superior y desdoblar luego el paño para aislar también las pestañas del párpado inferior (figura 2). Luego se hace un corte horizontal en el paño en la línea media entre los dos párpados; también se pueden hacer unas incisiones de descarga superior e inferior en el canto interno.
Esto permite plegar el plástico adhesivo alrededor del párpado en los fondos de saco conjuntivales superior e inferior. Conviene advertir al paciente de que puede sentir el blefarostato sobre el párpado que probablemente no estará anestesiado, porque, si no, puede temer que va a sentir dolor durante la operación. Con los campos puestos y el blefarostato colocado entre los párpados, se acerca el microscopio quirúrgico a su posición. Es importante que el cirujano ajuste la altura de su silla para adaptarse a la altura del microscopio; luego puede ajustarse la altura de la mesa de quirófano para que se adecue a la posición sentada del cirujano. Lo ideal es que el cirujano opere con los codos doblados un ángulo de aproximadamente 90° y que sus pies se apoyen cómodamente en los pedales de microscopio y del aparato de facoemulsificación. En este momento debe comprobarse que la imagen en el monitor de vídeo está enfocada y centrada y que, si la operación se va a grabar, el aparato de grabación está preparado. También es importante asegurarse de que el paciente está cómodo antes de comenzar la operación y de que los restantes miembros del equipo están listos.
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